Franz Beckenbauer, eterno capitán del FC Bayern München, lideró el proceso que acabó en la construcción del imponente Allianz Arena. - © © gettyimages / Bongarts
Franz Beckenbauer, eterno capitán del FC Bayern München, lideró el proceso que acabó en la construcción del imponente Allianz Arena. - © © gettyimages / Bongarts

El sueño de Beckenbauer

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En Fröttmaning, en las afueras de Múnich, se erige una obra arquitectónica que deslumbra por su tamaño y color. El final de la ruta A9, que llega desde Berlín, es testigo de la imponencia de la casa del FC Bayern.

La Copa del Mundo de 2006 significó para Alemania la unión definitiva entre el Este y el Oeste, detrás de una causa, y para la Bundesliga, el legado de un conjunto de estadios modernos, del más alto nivel. Se modernizaron muchas de las estructuras existentes y, en el caso del FC Bayern München, se decidió barajar y dar de nuevo.

El Estadio Olímpico, construído con motivo de los juegos celebrados en Múnich en 1972, era la casa de los bávaros, en el corazón de Múnich. Pero fue Beckenbauer quien convenció a todo el mundo, aprovechando el Mundial que se avecinaba, de que el Bayern necesitaba otra estructura, más grande y adecuada a los tiempos modernos.

Así surgió el Allianz Arena, tal vez una de las joyas arquitectónicas más imponentes del fútbol mundial. Se invirtieron 340 millones de euros, para que 71 mil personas, periodistas y equipos tuvieran todo el confort, y que la televisión llevara al mundo imágenes de un estadio que vive, y cambia de color según la ocasión, como un camaleón.

- © imago / ActionPictures

Una piel brillante

El perímetro exterior del estadio es la estructura de membrana más grande del mundo, cubriendo 25.500 metros cuadrados de gajos, inflados a alta presión. En una ciudad como Múnich, la estructura debe soportar un clima duro, y lo hace sin problemas. Normalmente tiene una presión de 0,08 bar, pero se incrementa en los días con nieve, para soportar el peso de hasta 160 centímetros de ésta en sus “hombros”.

El viento no le afecta, y la estructura se lava automáticamente con la lluvia. Además, se tardó 100 días para instalar las luces LED que, por detrás de la estructura, la pueden teñir de rojo, blanco, azul y verde, O combinar colores para homenajear, por ejemplo, al equipo visitante o a los Estados Unidos el 4 de Julio, dibujando una bandera del tamaño de un estadio.

- © imago / Lakovic

El campo de juego es de primer mundo, y fue en esta temporada cuando se decidió volver al pasto natural, abandonando el sistema híbrido que usan otros campos en Alemania. El suelo cuenta con una base de arena, que drena rápidamente el agua y 4.500 metros cuadrados de tierra incongelable. Pero en días de frío extremo, también se activan tres tubos subterráneos, que inyectan aire a una temperatura de 50 grados, para que el césped no sufra.

Las tribunas tienen todas las comodidades, con butacas que llegan a ubicarse tan cerca del campo, que bien podría uno sugerirle a Ancelotti un cambio, con un susurro al oído. existen muchas plazas de estacionamiento para el público, y se encuentra muy cerca de la estación del Metro 6, que viene directamente desde la Marienplatz, en el corazón de Múnich.

El FC Bayern tiene una rica historia en Europa, y hoy su estadio es motivo de orgullo, y hasta de inspiración para nuevos proyectos, como fue la estructura de la nueva cancha del Atlético Madrid. Todo empezó con un sueño de Franz Beckenbauer, al que se oponía el ayuntamiento, pero que fue apoyado por un 65% de los muniqueses consultados. Pasaron 117 años de historia, y hay mucho por delante. Pero el legado de Herr Franz quedará allí para muchas generaciones de hinchas.

No es necesario volar a Múnich para ver realizado el sueño del Kaiser, conozca aquí el Allianz Arena.